La noción de alfabetización mediática se originó en Europa a principios del siglo XX como un medio para reconocer el conjunto de conocimientos, habilidades y mentalidad necesarios para participar activamente en una sociedad moderna fuertemente influenciada por los medios de comunicación. La alfabetización mediática se define comúnmente como la comprensión, las destrezas y las habilidades prácticas esenciales para participar eficazmente en la sociedad contemporánea mediante el acceso, la interpretación, la crítica y la producción de contenidos mediáticos en diversos formatos. La alfabetización mediática capacita a los individuos dentro de la sociedad, haciendo que pasen de ser consumidores pasivos de los medios a pensadores activos y críticos y ciudadanos independientes (Vaeth, 2020).
A través de la alfabetización mediática, los individuos adquieren la capacidad de comprender el importante papel que desempeñan en la configuración de la sociedad mediante la participación activa y la evaluación crítica de cuestiones cruciales para el desarrollo de la sociedad. Una definición ampliamente aceptada de alfabetización mediática, propuesta por Aufderheide (1992), hace hincapié en la capacidad de acceder, evaluar, analizar y generar contenidos en diversos formatos como elemento central de la alfabetización mediática. La alfabetización mediática es un concepto amplio que abarca todas las formas de medios de comunicación de masas, incluidos, entre otros, los formatos tradicionales como libros, periódicos, revistas, radio, televisión, cine e Internet. También se refiere a la totalidad del medio en sí, como el satélite, el cable e Internet, abarcando las herramientas utilizadas en la difusión de la comunicación de masas y las estructuras de las organizaciones de medios de comunicación que prestan estos servicios.
Además, la alfabetización mediática implica la capacidad de acceder a mensajes mediáticos de diversos tipos, incluidos los contenidos visuales, auditivos e impresos. Las personas con alfabetización mediática pueden analizar y evaluar críticamente estos mensajes, abordándolos con una perspectiva perspicaz. Además, la alfabetización mediática capacita a los individuos para crear y producir sus propios mensajes mediáticos, contribuyendo al discurso más amplio de la sociedad.
La alfabetización mediática abarca una comprensión polifacética del papel de los medios de comunicación en la sociedad, incluyendo consideraciones sobre los mensajes de los medios, su propiedad y el impacto de los medios en la percepción pública.
Los mensajes de los medios de comunicación son el contenido difundido a través de diversas formas de medios de comunicación, incluidos artículos de noticias, programas de televisión, publicaciones en redes sociales, anuncios, películas y más. La alfabetización mediática es la capacidad de analizar críticamente y descifrar estos mensajes, yendo más allá del consumo superficial para comprender las técnicas, sesgos y propósitos subyacentes. En primer lugar, la alfabetización mediática implica comprender los mecanismos de producción de los medios. Esto implica reconocer cómo se enmarcan, editan y presentan los contenidos a la audiencia. Por ejemplo, entender el encuadre implica reconocer cómo se enfatizan o minimizan ciertos aspectos de una historia para influir en las percepciones de la audiencia. Del mismo modo, reconocer las técnicas de edición ayuda a comprender cómo se manipulan las imágenes para transmitir determinadas narrativas. Un ejemplo de sesgo en la información puede verse en la cobertura de un tema social polémico, como el cambio climático. Algunos medios de comunicación pueden presentar las pruebas científicas que apoyan el cambio climático como incontrovertibles, mientras que otros pueden ofrecer una plataforma a los escépticos del cambio climático, creando una falsa sensación de controversia dentro de la comunidad científica. Analizando críticamente el lenguaje, las fuentes y las pruebas presentadas en la cobertura mediática, las personas pueden identificar los prejuicios y evaluar la fiabilidad de la información. Además, la alfabetización mediática implica discernir los posibles sesgos o agendas que subyacen a los mensajes de los medios. Esto incluye ser consciente de las influencias políticas, económicas, culturales o ideológicas que pueden influir en el contenido de los medios. Al examinar críticamente el lenguaje, el tono y las imágenes utilizadas en los medios de comunicación, las personas pueden identificar los casos de sesgo o propaganda.
Además, las personas con conocimientos mediáticos pueden evaluar la credibilidad y fiabilidad de las fuentes de los medios de comunicación. Esto implica evaluar factores como la reputación de la fuente, la experiencia de los autores o creadores, la presencia de pruebas que la corroboren y el cumplimiento de las normas periodísticas. Verificando la información de múltiples fuentes y contrastándola con fuentes acreditadas, las personas pueden mitigar el riesgo de ser inducidas a error por información falsa o engañosa. Además, la alfabetización mediática permite discernir el público al que se dirige el contenido de los medios y su finalidad. Teniendo en cuenta factores como el tono, el lenguaje y el contenido, las personas pueden deducir las motivaciones que subyacen a los mensajes de los medios y comprender cómo se adaptan para atraer a audiencias específicas o promover programas concretos.
La propiedad de los medios se refiere a las entidades o individuos que poseen y controlan los medios de comunicación, incluidos periódicos, cadenas de televisión, emisoras de radio, plataformas en línea y otras formas de comunicación de masas. El examen de la propiedad de los medios de comunicación es un componente fundamental de la alfabetización mediática, ya que proporciona información sobre las posibles influencias y sesgos que pueden dar forma al contenido de los medios. Un aspecto de la alfabetización mediática implica comprender la concentración de la propiedad de los medios de comunicación en unas pocas grandes empresas o conglomerados. En muchos países, un puñado de conglomerados de medios domina el panorama mediático, controlando numerosos medios en diferentes plataformas. Esta concentración de la propiedad suscita preocupación por la posibilidad de una cobertura sesgada u homogeneizada de los medios, así como por los conflictos de intereses que pueden surgir de las afiliaciones corporativas. Por ejemplo, si un conglomerado de medios de comunicación también posee intereses en industrias como la farmacéutica o la energética, puede haber reticencia a publicar una cobertura crítica de esas industrias para evitar poner en peligro los ingresos por publicidad o las relaciones comerciales. Del mismo modo, los medios de comunicación que pertenecen a personalidades o partidos políticos pueden dar prioridad a los contenidos afines a sus intereses ideológicos o partidistas.
La alfabetización mediática también implica cuestionar la influencia de anunciantes, patrocinadores o entidades políticas en el contenido de los medios. Los anunciantes suelen desempeñar un papel importante en la configuración del contenido de los medios a través de acuerdos de patrocinio o ingresos publicitarios. Los medios de comunicación pueden verse incentivados para producir contenidos favorables a los anunciantes o patrocinadores, lo que puede comprometer la independencia y la integridad periodísticas. Los medios de comunicación con diversas estructuras de propiedad tienen más probabilidades de ofrecer una gama de perspectivas y voces, mientras que los controlados por una sola entidad pueden ser más propensos a promover una agenda o punto de vista particular.
La alfabetización mediática implica comprender cómo los medios de comunicación moldean la percepción pública mediante la evaluación crítica de la representación de temas sociales, representaciones culturales y narrativas políticas. Los medios de comunicación a menudo enmarcan estos temas de maneras específicas, enfatizando ciertos aspectos mientras minimizan u omiten otros. Por ejemplo, la cobertura de temas sociales como la pobreza o la delincuencia puede centrarse en historias sensacionalistas que perpetúan estereotipos o refuerzan percepciones negativas. Además, la alfabetización mediática permite a los individuos comprender el papel de los medios en la formación de la comprensión colectiva de la realidad. Los medios de comunicación construyen a menudo narrativas que conforman el discurso público e influyen en las normas y valores sociales. Al analizar el contenido de los medios desde una perspectiva crítica, las personas pueden comprender mejor cómo los medios moldean las percepciones del mundo y contribuyen a la construcción de la realidad social.